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La comunidad de Barranquilla rememora con especial significado la visita que realizó el ahora Papa León XIV a la ciudad hace más de dos décadas, en el año 2002, cuando aún ejercía como Padre General de la Orden de San Agustín. Este recuerdo se avivó con su reciente elección como Sumo Pontífice, generando alegría y un sentimiento de cercanía en aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerlo.
El rector del Liceo de Cervantes de Barranquilla, Fray Ronald Antivar Muriel, compartió en una entrevista detalles de aquella visita, destacando la humildad y fraternidad que caracterizaban al entonces líder de la orden agustina. Su presencia en el colegio y en la parroquia San Nicolás de Tolentino dejó una huella imborrable en los religiosos y en algunos miembros de la comunidad educativa.
Aunque el padre Antivar Muriel se unió a la orden poco después de la visita, transmitió el sentir de sus compañeros que vivieron aquel momento como una bendición. Subrayó la importancia de la figura del Padre General para la congregación y el impacto positivo de su cercanía.
Durante la conversación, el rector profundizó en el carisma de la Orden de San Agustín, fundada por el influyente San Agustín en el siglo IV. Explicó que la espiritualidad agustina se centra en el servicio a la Iglesia, una profunda vida interior y la vida en comunidad, principios que han guiado la labor pastoral y educativa de la orden a lo largo de los siglos, incluyendo la trayectoria del propio Papa León XIV.
La conexión de la Orden de San Agustín con Barranquilla también se evidenció en la mención de sacerdotes como el padre Lucio Gambero, quien dejó una marca en la Universidad del Atlántico. Además, anécdotas como la del vigilante del Liceo de Cervantes, quien recuerda con emoción su encuentro con el hoy Papa, ilustran el impacto personal de aquella visita.
Con la elección de León XIV, existe una expectativa en Barranquilla y en Colombia de que su pontificado mantenga una cercanía con Latinoamérica, tal como lo demostró en sus primeras palabras. La ciudad, que también celebra la excelencia académica del Liceo de Cervantes y la acogida de su singular capilla de adoración perpetua, ve en este nuevo liderazgo una posible ventana de atención y afecto hacia la región.
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