La creciente erosión provocada por el río Magdalena ha puesto en una situación crítica al corregimiento de Santa Rosa, en el municipio de Pinillos, Bolívar. La comunidad vive con la angustia de ver cómo el templo católico Inmaculada Concepción, un símbolo de su fe y cultura, se encuentra al borde del colapso, a tan solo uno o dos metros del avance del agua.
El párroco Luis Eduardo Hernández García hizo un llamado urgente a las autoridades locales, departamentales y nacionales ante el avanzado deterioro de la ribera. “Estamos a escasos uno o dos metros de que llegue la erosión, el torrente de barrancamiento que provoca el agua al templo católico”, alertó el sacerdote.
La amenaza no se limita al templo, ya que decenas de viviendas cercanas, habitadas por familias con niños y adultos mayores, también se encuentran en grave riesgo ante una posible emergencia. María del Carmen Díaz, residente del sector, solicitó a las entidades que brinden apoyo a este corregimiento que está perdiendo territorio y viviendas.
El párroco Hernández también pidió a la comunidad tomar medidas de protección, especialmente con los niños y adultos mayores, ubicándolos en lugares seguros ante la inminente posibilidad de que el agua ingrese al pueblo.
La situación en Santa Rosa refleja el peligro que enfrentan otros corregimientos como Armenia y Santo Domingo, igualmente afectados por la erosión fluvial. La comunidad exige la elaboración urgente de un plan de contingencia para mitigar los daños mientras se implementan soluciones definitivas para frenar el avance del río. Por ahora, el templo permanece en pie, pero su colapso parece inminente si no se toman acciones inmediatas.
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