La libertad de Lyan Hortúa, el niño de 11 años que permaneció 18 días secuestrado en Jamundí, no fue producto de la presión de las autoridades, sino del desgarrador dilema que llevó a su familia a pagar un rescate extorsivo. En declaraciones a Noticias RCN y La FM, los allegados al menor confirmaron el pago, denunciando la "poca efectividad" del Gobierno en el proceso de rescate.
El tío de Lyan, visiblemente afectado, relató la desesperación que los empujó a esta decisión. "Nosotros tomamos la decisión de pagar la cuota que ellos nos indicaban porque realmente no vimos la ciencia de las autoridades, no vimos avance en la investigación", afirmó, explicando que las autoridades les hablaban de paciencia y de tiempos de espera de "un mes, de dos meses", lo cual era insoportable para una familia con un niño secuestrado sin conocer sus condiciones.
El testimonio familiar subraya la angustia vivida: "Para nosotros, como les decía ahora, había noches donde nosotros logramos conciliar el sueño dos horas. A mi hermanita (la madre de Lyan) tuvo que ser hospitalizada muchas veces en la clínica por temas de ataques de pánico, de ansiedad, de estrés". Ante la inacción percibida y la falta de "ninguna otra solución", la familia priorizó la vida del pequeño.
Aunque se reservó los nombres de quienes pudieron haber aconsejado el pago, el familiar dejó claro que la sugerencia de saldar la extorsión para asegurar la vida del niño provino de personas vinculadas al "estado o que intermediaron". Este crudo relato arroja luz sobre la compleja realidad que enfrentan las víctimas de secuestro en el país, cuando la esperanza en la acción estatal se agota y la supervivencia del ser querido se convierte en la única prioridad.#ATENCIÓN 🚨 | En La FM, y en conexión con Noticias RCN, el tío de Lyan confirmó que la familia pagó la extorsión para lograr su liberación. También denunció la falta de apoyo de las autoridades. pic.twitter.com/rMKqEzc7La
— Noticias RCN (@NoticiasRCN) May 22, 2025
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